En las playas de San Andrés, Laura Acuña posó para esta edición especial de Elenco. La presentadora bumanguesa, que posee uno de los mejores cuerpos de la TV, despierta todo tipo de pasiones. Sin tapujos se refirió a los mitos y verdades que la han acompañado desde hace 10 años, cuando hizo su primera aparición en la pantalla. Confesó sus deseos de convertirse en mamá, habló sobre su supuesta salida de 'Muy buenos días' y de una oferta internacional.
Así, desparpajada, directa y sin tapujos, es Laura Acuña, que desde hace diez años, cuando ingresó a la TV, ha despertado amores y odios. Como si hubiera nacido para ser una diva, la presentadora ha aprendido a convivir con ese rótulo de controvertida y sabe que estos sentimientos que genera cada vez que sale en pantalla o que surge un rumor o chisme hacen que no sea del montón.
Su belleza produce pasiones y envidias, pues Laura no es plana, no es aburrida ni mucho menos tonta. Es una mujer inteligente que sabe que esa combinación de cerebro y belleza es chocante para las que solo poseen uno de los dos.
Su gran pecado: mostrarse como es, sin máscaras, sin hipocresía. Ella es así, y reconoce que si hubiera sido la presentadora de sonrisa imborrable todo le hubiera sido más fácil, pero fingir es algo que le resulta imposible, y eso le ha traído contratiempos.
Los mitos de Laura Acuña
¿Es cierto que no permite que le pongan a su lado una presentadora casi o igual de bella y talentosa que usted?
Me parece terrible que algunas personas piensen eso, porque eso habla muy mal de las presentadoras que han estado conmigo. Todas tienen talento y todas tendrán lo suyo; pero, ¿por qué llevo diez años en 'Muy buenos días' y por qué no alguien más? Creo que ha sido un trabajo de constancia. Me gusta mucho lo que hago, y me imagino que las otras personas, que lo han dicho abiertamente en los medios de comunicación, han tenido otros planes y han querido irse. Madrugar no es fácil, eso lo quiero aclarar, ¡no es tan sencillo!, y mucho menos por un período de tiempo tan largo. Tengo muy buenas relaciones en el programa y eso ayuda mucho, porque son mis amigos además de mis compañeros de trabajo.
¿Seguro no ha sacado corriendo a un par de presentadoras?
(Risas) ¡No! Pero hubiera querido (risas). De hecho ¡todavía están! (risas). No estoy hablando de 'Muy buenos días', pero por ahí… Si yo tuviera el poder de sacar gente en el canal, pues... qué te dijera... habría sacado a un montón (risas)... Pero no.
¿Qué tan odiosa es?
¡Muy! ¡Soy terriblemente odiosa! Cuando quiero, ¡soy de lo peor, soy fatal!
¿Por qué?
Porque así soy en la vida real. Las personas nunca se muestran como son. Uno puede trabajar en TV, puede ser una figura pública, lo que quieran, pero uno tiene que ser consciente de sus defectos, de sus debilidades y de sus cualidades. Hay gente con la que uno hace química y hay gente con la que no, y hay gente que es odiosa con uno y uno responde igual; es la ley de la vida. Así somos los seres humanos. No soy Gandhi, quisiera, pero no (risas). No se me ha dado todavía el tema de ser un ser superior espiritualmente; soy una persona normal. A mí me parece jarto tener que estar todo el día disimulando. Eso es lo que soy. No soy agresiva, soy auténtica. Nunca esperes de mí una puñalada por la espalda... Me gusta como soy.
¿Y qué tan ‘bruja’ es?
¡Puedo ser la más bruja! Soy la bruja más bruja cuando se meten con mi familia o con algo que tenga que ver con la familia. Soy detestable, soy una bruja cuando estoy enferma, y me pongo de un genio terrible; cuando tengo sueño soy bruja, detestable, insoportable, ¡terrible! (risas). Pero mis amigos y la gente que me conoce, y la gente que logra entrar en mi círculo, que no es el más deseado, pero es el mío, me conocen y saben cómo soy, así como también acepto sus cosas. Eso es lo que importa.
¿Es difícil manejar ese rótulo de controvertida?
Tengo una cosa en la vida, y es que no soy hipócrita. Soy leal, soy la amiga más amiga. No soy del chisme de corrillo y de sentarme a hablar de las otras; no soy de llevar relaciones por diplomacia porque no soy diplomática. En realidad creo que me hubiera ido hasta mejor si lo hubiera sido, pero no me siento auténtica, no me siento bien haciéndolo, y realmente en mi vida no hago nada que no me nazca; creo que por eso hay personas que tienen ciertas opiniones. Prefiero que me conozcan como soy.
¿Valió la pena enfrentarse a otros medios o a periodistas por un chisme?
¡Sí, y no sabes lo bien que me sentí! (risas). Eso de poderle decir en la cara a la persona lo que uno piensa no es arrogancia, es sinceridad. El resto del mundo puede tener una opinión de uno, ¿pero uno no puede opinar? Todo el mundo tienen el mismo derecho para hacerlo. A veces las personas dicen cosas esperando que nadie reaccione, y he aprendido en la vida que todo tiene una reacción, positiva o negativa. Realmente no es que me haya enfrentado; es que la gente se ha dedicado a hablar lo que quiere.
Se dijo que enfrentó una crisis matrimonial...
¿De cuál matrimonio estamos hablando? (risas). Digamos que por falta de experiencia la primera relación que tuve fue con alguien del medio (el presentador Camilo Montoya) y esa relación se filtró mucho porque no tenía idea de medios de comunicación. En ese momento, sacada de Bucaramanga, Santander, Colombia (risas) a Bogotá, dejé que se metieran, y cuando pasó todo lo de mi separación entendí que uno no debe mezclar lo uno con lo otro, porque una cosa es la vida privada y otra cosa es lo que uno hace en la vida, que es trabajar en TV. Después tuve una relación con otra persona que es muy famosa (Jose Gaviria) y los dos estábamos en el medio, todo el mundo sabía a dónde íbamos o si no íbamos. Pero ya con este matrimonio, que es el que es, no. Primero, no hay razón para que él (Rodrigo Kling) esté en los medios, porque él no se dedica a esto, y segundo, porque lo decidí así. Sin embargo, con Rodrigo se ha dicho de todo: he tenido como siete hijos, me he separado 20 veces, he pasado por una cantidad de cosas en la relación... Hasta han hecho análisis de mis bailes con él (la verdad es que Rodrigo no baila bien, pero además él lo sabe y no le preocupa), entonces han dicho tantas cosas. Es como falta de información, de material, lo que hace que inventen cosas. Estoy mejor que nunca.
¿Dicen que en 'Muy buenos días' harían una reestructuración y usted saldría?
En 'Muy buenos días' van a pasar muchas cosas…
¿Pero va a salir?
Van a pasar cosas…
¿Es cierto que tiene una oferta de Univisión?
¿Qué es Univisión? (risas). No tengo propuestas de Univisión, no quiero irme de Colombia. Acá vivo superbién, tengo mi familia, y la verdad eso es algo que me retiene mucho. Ese cuentico que yo voy cada mes, tú vienes y nos vemos, eso no me parece. Ha habido varias ofertas y desde hace tiempo, pero han pasado cosas en mi vida y simplemente la decisión ha sido ¡no! El trabajo de mi marido está aquí... son un montón de cosas... No me cierro a la posibilidad, pero no es por ahora.
Usted es una mujer que despierta muchas pasiones…
La verdad sí, y me parece chévere. Me parecería muy jarto ser completamente plana y que no pasara nada. Que la gente no dijera ni sí, ni no. Cuando con alguien no pasa nada, pues no pasa nada. Ni sería exitoso, ni sería un fracaso.
¿Le tienen envidia?
Creo que cuando la parte más chévere de uno es el cerebro, eso sí es un motivo; porque una bonita boba, pues no despierta envidia en nadie; pero una bonita inteligente, sí. No me considero la más bonita. No soy fea, lo tengo clarísimo, y no soy la más linda, pero lo que uno tiene en la cabeza, que es lo más importante, eso sí genera envidia y muchas cosas.
¿Qué significado le da a la belleza?
La belleza es tan subjetiva... Depende de cómo la mires: para una persona puedo ser la mujer más bella del mundo, pero para otra puedo ser la más flaca, desgalamida, que no tiene gracia, no tiene nada (risas). Para mi marido soy lo máximo, eso dice él, y yo le creo (risas)... me conviene creerlo. Para mí, la belleza realmente nos lleva a muchas partes, pero no te mantiene. Para mantenerse hay que ser profesional, inteligente.
¿Qué sacrificios está dispuesta a hacer para mantenerse vigente?
Cuando el trabajo que uno hace se vuelve un sacrificio, cuando uno se rasga las vestiduras y dice: '¡Bendita sea mi suerte!, ¿por qué me tocó esto a mí?', mejor apague y vámonos. El éxito se da cuando uno disfruta su trabajo. Todavía no ha llegado el momento que diga '¡qué jartera tener que ir a 'Muy buenos días'!'. Eso sí, hay cosas que no sacrificaría: no sacrificaría a mi familia ni mi matrimonio por nada del mundo, no sacrificaría el hecho de querer tener una familia. Hay prioridades en mi vida que en este momento no están riñendo con lo que hago. Por eso no he actuado (risas).
¿Le gustaría ser actriz?
¡Eso nadie lo sabía! (risas), pero sí me hubiera gustado. Me tocó hacer de muerta en 'Tiempo final'. Eso sí, fui la más profesional: no tuve que decir nada (risas). No creo que lo hubiera hecho profesionalmente, hubiera puesto demasiadas condiciones, y no creo que a un director le hubiera parecido chévere. Rodrigo no me deja porque dice que lo embauco y termino de protagonista de quién sabe qué. (risas).
¿Qué son para usted la amistad y la lealtad?
Uno puede ser amigo de mucha gente. Uno tiene amigos de rumba, de comer, de trabajo, de ver películas. No todos van a mi casa, no todos tienen mi confianza, ni reciben un consejo, o no todo el mundo puede sentarse conmigo a solucionar cosas que de pronto necesite. Pero cuando uno es leal con alguien, no creo que eso se llame amistad; eso es un compromiso más grande. La lealtad la da el cariño.
¿Usted intimida?
Sí, pero no sé por qué. Es fácil llegarme, soy muy buena conversadora; lo que pasa es que siempre voy a tener mi opinión, y es ahí donde la gente empieza a tener sus diferencias. Nunca soy grosera, pero digo las cosas fuerte. Una persona que sea transparente, que no tenga máscaras, esas son las personas que dejo entrar en mi vida.
¿Qué la hace vulnerable?
Mi familia, indiscutiblemente. Que haya situaciones que no pueda cambiar, porque soluciono lo que sea, pero cuando hay situaciones que me frustran, ese es mi talón de Aquiles.
Va a ser mamá pronto…
¡Hago la tarea seguido! (risas). Me preocupa que Rodrigo quiera tener cuatro hijos, o sea que me toca empezar ya (risas). Estamos en eso. Me muero de las ganas, pero también me preocupa. No sé qué tan buena mamá voy a ser, qué tanto le voy a enseñar, qué tan buen ser humano va a lograr ser, porque conozco muy buenos papás que tienen unos hijos terribles, y al revés. No sé en qué radica el éxito.
¿Si tuviera una hija, que sería lo que más le inculcaría?
Quisiera que viviera su vida y no que estuviera pendiente de qué dijo este o aquel. Respetarle su forma de ser, porque si le enseño el respeto con ella misma, va a respetar al resto del mundo. Del respeto parte todo, parten la tolerancia, la decencia, la educación.
“No soy una esclava”
Todo lo contrario. Laura es de las privilegiadas y premiadas por la naturaleza. Su contextura delgada le ayuda mucho a la hora de entrenar, pues no sufre por tener que bajar esos ‘kilitos de más’. “Mi rutina cambia constantemente. La idea no es hacer lo mismo todos los días. Cuando hago kickboxing, no hago cardio tan largo ese día. Me gusta cambiar de actividad todo el tiempo y le dedico una hora”.
Su entrenador, Manuel Alejandro Sánchez, es el encargado de que la bella presentadora luzca ese cuerpo de infarto, y es a la vez su justiciero: “Soy relajada con las comidas; para nada el tema de la alimentación ha sido un problema. Amo los chocolates, son mi debilidad, y a la hora de pecar, mi entrenador es el que me castiga (risas)". Para Laura, el éxito de una buena figura es la disciplina y la variedad en la rutina para no cansarse y ver los beneficios.
Tomado de: eltiempo.com
No hay comentarios :