En Cuba, un colombiano nadará y correrá 178 kilómetros por la paz


A sus 71 años, Carlos Arciniegas quiere sacar las fuerzas que perdió hace 20, quizá 30 años, y nadar 178 kilómetros que separan a La Habana de la localidad Matanzas, en Cuba.
—No lo hago por dinero—, dice este veterano nadador. Lo hago porque quiero que en Colombia haya paz. Estamos cansados de la guerra que se ha llevado tantas vidas en tantos años, precisa.

Esa idea, la de nadar y correr en bicicleta por la paz del país los 178 kilómetros que separan a La Habana de Matanzas, lo levanta a deshoras, le hace dar vueltas en la cama hasta que el sol calienta los animales en la finca que habita en Santiago de Cuba, y lo hace soñar con el trayecto, con la salida y la llegada de ese día. 

"Yo me imagino a toda la gente con banderas de Colombia. Todos vitoreando la llegada, la gente gritando por la paz. Todos con camisetas que digan que viva Colombia. Eso sería histórico, todos unidos por la paz", sueña, se imagina, Carlos, mientras pierde su mirada en recortes de periódicos que cuentan sus hazañas. 

No olvida a Colombia

Hace 18 años Carlos Arciniegas llegó a Cuba, cuando era más joven y sus ambiciones eran diferentes. Tenía intacto el deseo de correr, nadar y montar en bicicleta. Aunque ya pasaron sus años de juventud, Carlos no cambia su actitud. 

Aún se pasea por las calles de La Habana en pantaloneta, camiseta, medias cortas y tenis, como si estuviera dispuesto a correr una maratón, dice él, quizá la última. 

Sus manos, cuarteadas por trabajos de carpintería, cargan un maletín con tesoros propios de cuando era un atleta consumado: un diploma de los Guinnes Récords por atravesar medio país al trote y en bicicleta; pasar por Centroamérica, y terminar en Houston, E.U. Fueron 8.400 kilómetros en 129 días. 

"Eso lo hice para demostrarle al mundo que Colombia era mucho más que drogas. Que en nuestro país nacen y crecen personas buenas que siempre soñamos con un futuro mejor", expresa. 

En su maletín, que cuida como cuida un corsario su tesoro, también guarda recuerdos de Colombia, de cuando entrenaba en Bogotá, de su hijo que le envía media pensión para vivir con su esposa en la tierra del tabaco y ron. 

Pide apoyo para su objetivo

Para nadar por la paz, Carlos le envío una carta la presidente Juan Manuel Santos: "Ahora que se habla de los diálogos yo quiero aportar mi granito de arena. Quiero nadar y correr en bicicleta 178 kilómetros para mostrar que en Colombia se puede vivir sin armas".

En la misiva no pidió dinero, pidió camisetas con la bandera de Colombia marcadas por la paz. Obtuvo respuesta, pero no la esperada. 

David Rodríguez, uno de los cubanos que ha seguido la travesura de Carlos, afirma que este colombiano no tiene apoyo. Solo ha recibido del gobierno cubano la logística para cumplir el objetivo. "Le han prestado las piscinas para que entrene con los que lo van a acompañar", dice David.

La hazaña de nadar los 178 kilómetros por la paz, no la hará solo Carlos. Cinco niños cubanos estarán con él, en muestra del apoyo del pueblo cubano a los diálogos. "Esos niños son veloces, nadan más que delfines", cuenta David. 

El objetivo está trazado. Solo falta la fecha y unas cuantas camisetas —dice Carlos que tal vez 90— en las que se eternice su hazaña y la de los niños cubanos: "nadamos por la paz de Colombia".







Tomado de:vanguardia.com

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